De manera repetida a lo largo de los años hemos escuchado que la historia no puede ser considerada una ciencia. Esto no debe ser interpretado de manera universal ya que, aunque existen muchos autores que utilizan la historia como propaganda política, para desprestigiar al contrario e incluso para adoctrinar a la población, la Historia puede ser una ciencia siempre que se cumplan unos objetivos.
Sobre esto precisamente habló el Marques de Sade:
"Para escribir historia es necesario que no exista ninguna pasión, ninguna preferencia, ningún resentimiento, lo que es imposible evitar cuando a uno le afecta el acontecimiento. Creemos simplemente poder asegurar que para describir bien este acontecimiento o al menos para relatarlo justamente, es preciso estar algo lejos de él, es decir, a la distancia suficiente para estar a salvo de todas las mentiras con las que pueden rodearle la esperanza o el terror."
Marqués de Sade, Historia secreta de Isabel de Baviera, reina de Francia.
Como hemos visto, se puede opinar en muchas líneas, que la historia no posee un carácter científico, pero es precisamente ahí donde se encuentra su dificultad. La suma de fuentes, la objetividad, la curiosidad y un trabajo sacrificado han de resultar en una composición histórica, que alejada de opiniones y singularidades, cuente de manera lo más cercana a la realidad lo que sucedió de verdad.
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