Claude Monet con su obra "Impresión de Sol Naciente" dio nombre al movimiento del impresionismo. Los impresionistas más que buscar la perfección pictórica, buscaban plasmar una "impresión" en su obra, un momento único e irrepetible que se manifiesta ante ti.
Una curiosidad del autor, es que debido a su incapacidad para plasmar todos los cambios y detalles de su paisaje (reconocida por el mismo), construyó un taller en un barco, que con su movimiento sobre las aguas, liberó a Monet de la pincelada precisa permitiéndole doblar la imagen como mecida por las aguas y a su vez plasmar esa impresión momentánea que él interpretaba.
Monet pintó el sol usando las mismas intensidades que en el cielo que hace de fondo pero en un color más cálido para diferenciarlo.Su obra muestra el contraste simultáneo de los colores, situando tonos cálidos sobre los opuestos para resaltar, en la retina del espectador, unos tonos sobre otros.
La vaporización y el agua son el elemento fundamental que difuminan y ondulan la imagen.
El principal objetivo al que intentaba llegar Monet con esta obra, era provocar una impresión en el espectador, por lo que nos encontramos con la importancia que se atribuye al espectador en el impresionismo. Las pinceladas son un tanto libres, rápidas y directas, reduciendo los elementos del cuadro a una composición simple, tal y como se contempla en los reflejos del agua.
La obra se encuentra en el museo Marmottan-Monet, París, Francia.
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